miércoles, 5 de enero de 2011

La universitaria

Ayer llamé a una amiga de la Universidad con la que hacía más de una década que no hablaba. Coincidíamos en algunas clases y en todas las fiestas.

Me enteré de un concursete de cuento erótico y decidí escribir algo. Era la historia de un stripper que se follaba una clienta, me salió algo más porno que erótico. Había más polla, coño, tetas, humedades y semen que otra cosa. Antes de presentarlo pedí opinión a unos amigos y pasó por sus manos. Desde ese día, la tía babea por mí.

Entonces yo tenía pareja estable, pero ella no paraba de acercarse cada vez que podía. En una fiesta en casa de otra amiga la tía se pasó toda la velada sentada en mis rodillas, luego mis muslos, y luego frotando su culo por mi polla. Yo estaba más caliente que un perro y no sé cómo pude contenerme, por fidelidad fue.

Ahora las cosas serían diferentes, ¿a quién le amarga un dulce? La tía está buena, la verdad, podría haber sido modelo por su físico.

Hablamos casi una hora. Nos radiografiamos mútuamente y seguramente quedaremos un día de estos. Casi podía notar que se mojaba por teléfono la muy cachonda. Seguro que seguía pensando en la polla del cuento. Si me busca me va a encontrar, y no va a encontrar una polla de papel, sino una de piel y carne que la va a partir en dos, se podrá sentir la vejada protagonista del cuento.

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