lunes, 25 de octubre de 2010

La cándida candidata

Hoy he estado entrevistando una candidata para un puesto. La entrevista ha sido muy buena, la candidata cumplía con todos los requerimientos para el puesto con holgura. Además tenía muy buena presencia.

Me muestro muy neutral durante todo el proceso, y al final (a veces lo hago) le he pedido que intente convencerme de por qué ella es la candidata ideal para el puesto.

- ¿De verdad quieres que te convenza?
- Claro, necesito saber por qué te contrataría a tí y no a otra persona

Se había hecho tarde y no quedaba casi nadie en la oficina. Ha decicido levantarse y girar los estores para que nadie viera nada desde fuera, y luego ha cerrado el pestillo. Sus gestos me dejaban muy claro lo que podía pasar a continuación. Después de cerrar el pestillo me ha mirado sonriéndome y se ha acercado.

Primero ha puesto las manos en mis piernas, encima de las rodillas, y me ha acercado el cuello a la cara.

- No llevo perfume. ¿Te gusta cómo huelo?

He aspirado profundamente y he notado como mi polla latía con fuerza, intentando escapar de mis calzoncillos.

- No hueles a nada - pero me estás poniendo muy cachondo, zorra, pensaba

Luego se ha sentado donde apoyaba las manos y se ha abierto la camisa, así, de un tirón, saltando todos los botones clip, y me ha puesto las tetas (y sostén) en la cara.

- ¿Esto te ayuda a decidirte?
- Ya lo creo

Yo ya tenía las manos en su cintura, subiéndolas por su espalda. Y le he desabrochado el sostén. Ella se suelta el pelo. Hundo mi cara en sus generosas tetas, me coge la cara y nos besamos en gemidos mientras empieza a frotar su coño con mi abultada polla.

Estaba todo dicho. Me la saco de encima, me bajo pantalones y calzoncillos, saco un condón del escondite de emergencias y me lo enfundo mientras ella se sube la falda hasta la cintura, enseñándome sus medias, y se quita el tanga. Se chupa dos dedos, se abre los labios mojándolos, se mete la punta de los dedos y luego su coño depilado busca mi polla enfundada.

Parecía que no entraba, hemos tenido que intentarlo 4 veces hasta que ha entrado entera, y ya no hemos parado. Teníamos los dos la piel ardiendo, todo el cuerpo. Ella tenía la piel muy suave y sus espléndidas tetas se apretaban a veces con mi cara, mis manos le frotaban el clítoris, la apretaban contra mí, la movían rítmicamente, la clavavan hacia abajo, le metían mis dedos por el culo, todo eso sin parar de follar, y tragándonos a duras penas los gemidos y una respiración demasiado fuerte. Ella ha empezado a correrse abrazándose fuerte a mí, poniendo su boca en mi cuello para no gritar, y entonces he empezado a correrme yo. Nos hemos corrido a la vez.

Luego le he explicado los siguientes pasos del proceso de selección mientras terminábamos de vestirnos y la he acompañado a la salida.

- Espero que nos volvamos a ver - le he dicho.
- Yo también lo espero, gracias por tu tiempo.
- Al contrario, gracias a tí.

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