martes, 19 de octubre de 2010

En la variedad está el gusto

Esto de dar vueltas de un lado para otro todo el día ayuda a que conozca un montón de tías, y todas follan, todas tienen su personalidad sexual bien guardada. En un entorno profesional son todas muy serias y correctas, pero no por eso nos dejamos de evaluar sexualmente al instante. Lo que uno sólo puede imaginarse a propósito son los tipos de perversiones que tiene la gente. Porque las tiene (las tenemos).

Por ejemplo ayer. Vi un montón de chicas muy guapas, unas con bonitos ojos, otras con bonitas piernas, bonito pelo, ninguna con muchas tetas (lástima...), vestidas elegantemente, con mucho gusto. Lo primero que se me pasa por la cabeza es si me la follaría, y ellas, claro, piensan lo mismo, y por la candidez, mirada, gesto, aceptación, diría que en esa primera impresión me las hubiera follado a casi todas. Luego llega el siguiente pensamiento: yo en una enorme cama blanca con todas esas tías, de ese calibre...

Mi polla no da para tanto... Aunque me gustaría.

Cuando llega el toma daca, se destapan las personalidades sexuales escondidas de cada una: una que quiere que le estire de la cabellera como si se la fuese a arrancar mientras se la meto por el culo, otra quiere comerme el culo porque le gusta mucho hacerlo, otra pasa de tíos y se mete mano con una amiga, otra no puede follar con tanta luz y se tapa escandalizada en un rincón, otra gime como si tuviese asma, otra se pone roja como un tomate cuando le clavo la polla, otra folla que te folla pero no se corre nunca, otra folla tan bien que parece una actriz porno, otra se pone a llorar cuando se corre, otra tiene sarpullidos alérgicos allí por donde la toco, otra se corre y pasa de mi culo, otra lo único que quiere es mi semen en su cara, otra no para de mirar el móvil por si la llama su novio, otra no quiere que digamos ni una palabra, otra que quiere que haya alguien mirando y masturbándose, otra quiere que le insulte, otra me manda a la mierda cuando la llamo puta, otra no quiere quitarse la puta camiseta porque no quiere que le vea las tetas, otra se mea cuando se corre, otra fuma y huele a cenicero, otra que quiere hacerlo en la calle, otra se ha puesto tanto perfume que si la toco me impregno para todo el día, otra que no suelta ni p'atrás sus juguetitos intimidadores, otra que quiere correrse sólo tocándole los pezones, otra hace poses y se mira en los espejos mientras follamos... Todo esto puede pasar, y más cosas que no habré visto. Pero vamos, que aquí estamos para sufrir, jajaja.

Y si me pongo a imaginar, las hay a las que les gustan los animales, que las ostien hasta sangrar, la mierda... Pero a esas les pueden dar mucho por el culo. Me gustan fáciles, pero no taradas.

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