miércoles, 28 de abril de 2010

Ayer no viniste a mi despacho. En vez de eso, a la hora de comer me enviaste dos correos a mi cuenta de correo personal íntima. Cuando los ví, sin abrirlos, me fui al baño a buscar papel, imaginándome lo peor / lo mejor.

Efectivamente, eran dos correos de nosotros dos montando un numerito en un hotel, en el que describías con detalle cómo me chupabas la polla, cuántas ganas tienes de follarme, cómo se te mojaba el coño, cómo me rindo a tus tetas...

Mientras te leía pasó lo obvio, que mi polla se puso dura como un mástil, y empecé a pajearme bajo la mesa. Estaba visualizando toda la escena y poniéndome a mil, cuando de repente...

Lo cortas ahí. Sin terminar. Dejas el mail a medias. Como las dos chupadas del otro día. Lo dejas a medias y me sugieres que termine yo la historia. El mail te lo dejo a tí, que te ha salido muy bien y me muero por conocer el final de la historia.

Por supuesto, la paja se quedó a medias.

He conocido tías muy zorras, pero lo tuyo es demencial, y me encanta.

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