la nueva se va a su hora. quedamos muy pocos en la oficina. parece que la nueva es algo despistada: se ha dejado la bufanda y a mí se me ha encendido la bombilla.
me quedé hasta que se fueron todos, cogí la bufanda y me metí con ella en el lavabo. olía a perfume y a ella, olía bien. me la apreté fuerte en la nariz y boca, aspiré fuerte, y la polla se me puso dura como la pata de la mesa.
me bajé los pantalones, me senté cómodo en el wc, reclinado, y mientras olía su bufanda imaginaba que ponía a la nueva de pié pero con la cara contra la mesa, como a cuatro patas. le bajaba los pantalones y las bragas, y se la clavaba por detrás. ella no decía nada, más allá de gemidos contenidos. se dejaba hacer.
cuando estaba cerca de correrme me detuve para coger papel, y casi no llego a tiempo: el orgasmo había empezado y me costó contener la corrida mientras cogía el papel. eso hizo que fuera una corrida mediocre
terminé, salí, y llamé a la nueva para decirle que su bufanda estaba sana y a salvo en la oficina. cuando oí su voz volví a visualizar cómo me la follaba. ella no estaba sola.
ahora la miro un poco más lascivamente que antes. me pone
No hay comentarios:
Publicar un comentario