viernes, 1 de mayo de 2009

La frígida y su mamada

A través de mi anterior blog me contactó una chica de 26 años que jamás había tenido un orgasmo. Como hablaba tanto de follar y de correrse supuso que podría ayudarla.

Quedamos para cenar, para conocernos. Desde el principio ella me había dicho por mail y por chat cuál era su intención. Por eso cenamos y nos conocimos.

Otro día fuimos a ver una obra de teatro.

Otro día quedamos en mi casa. Era el primer intento de que se corriese. Me había explicado bien su problema, y es que no podía soportar el placer que la acercaba al orgasmo, no lo culminaba.

Estuvimos cerca de dos horas follando, controlando bien su placer, y efectivamente, llegaba a sentir tanto placer que se bloqueaba, tenía que separarse. No pude conseguir que se corriera ni con mi polla, ni con mi boca, ni con mis manos, ni con las suyas.

Decidimos seguir otro día, parecía que el proceso iba a ser lento.

Ella quiso agradecerme la comprensión y el esfuerzo, y no quiso dejarme sin corrida. Sus amantes le decían que hacía muy buenas mamadas, así que acudió a su especialidad.

Me hizo tumbarme boca arriba, me prohibió moverme o que la tocase, y empezó a chuparme. Ella ponía las manos en mi cuerpo: en mis muslos, en mis caderas, en mi vientre, pero nunca me tocó los huevos o la polla, sólo sus labios y su lengua los calentaban y mojaban.

Fue una mamada lenta, calmada, y mis ganas de correrme no dejaban de aumentar. Llegó un momento en que el placer era incontenible, y ella seguía chupando y chupando. Le avisé de que me iba a correr y me corrí completamente dentro de su boca.

Recuerdo aquel momento como uno de los mejores orgasmos de mi vida, la mejor mamada.

Lo que me hizo fue algo parecido a esto, pero no la tocó con las manos ni una vez.

4 comentarios:

  1. Y lograste que finalmente la chica se corriera?

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  2. Uy, es verdad, me había olvidado de contar la segunda parte de esta historia.

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  3. Pero se lo trago todo o que?

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